miércoles, 9 de marzo de 2016

Banquete fusión en el Roberto Arias Pérez

U I L

Dos bocadillos exóticos y un plato fuerte tradicional se ofrecieron en el banquete musical celebrado el pasado viernes en el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez. El chileno José Luis Domínguez Mondragón dirigió el convite que estuvo a cargo de la Orquesta Sinfónica de Colombia. El menú servido incluyó una entrada japonesa, el Concierto para Xilófono y Orquesta de Toshiro Mayuzumi. Exquisito abrebocas que rompió la, en ocasiones, monótona carta ofrecida en las salas de concierto. La sola presencia del xilófono, frente a la orquesta sobre el plató, brindaba un refrescaste contraste a los ojos de quienes pudieron apreciar la sonoridad de este instrumento que no suele protagonizar las recetas de los platos ofrecidos por los grandes músicos de Occidente. La interpretación corrió a cargo de otro chileno, el percusionista Gerardo Salazar, que logró llamar la atención de los comensales, lastimosamente pocos, que asistieron a este concierto, el segundo de la serie “Grandes obras maestras”. 

El convivio prosiguió con un canapé de origen norteamericano que, no obstante, mantuvo el sabor del abrebocas y agregó algo de sazón a las viandas. Se trató del Concierto para Timpani del joven compositor Russel Peterson. Esta obra, escrita en 2002, sacudió de sus sillas a algunos asistentes; la fuerza emanada por los cinco tambores del timpani asemejaban el poder de una tormenta.

Después vino la calma. Un breve descanso para hacer espacio al plato principal, al retornar a la sala el escenario volvió a mostrar la clásica formación de una orquesta tradicional, que, después del xilófono y el timpani, daba una sensación de novedad. A los asistentes les esperaba, nada más y nada menos que la Sinfonía No. 3 de Beethoven, todo un plato fuerte. La monumental Heroica brindó a los paladares de los asistentes a este ágape, el toque sofisticado que podría esperarse, como no, de todo un clásico de la tradición musical europea.

Esta vez no hubo postre, será para otra ocasión, sin embargo, como sucedáneo, podría agregarse que este tipo de festines multiétnicos deberían presentarse con mayor frecuencia, nunca está de más poder disfrutar de una variedad sonora que permita degustar nuevas y exóticas fusiones.